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Disminuir la ingesta de sal ayuda a bajar sustancialmente la presión arterial, lo que a su vez reduce el riesgo de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares
Carmen Martínez V. /Estampas
Lo que hay que hacer
El consumo excesivo de sal es tan serio que los gobiernos de varios países han tomado cartas en el asunto y han legislado para crear leyes que obligan a las grandes empresas de alimentos a reducir el sodio como ingrediente en sus productos.
Otros gobiernos han optado por la vía del diálogo es así como las transnacionales Heinz y la Kraff, por ejemplo se han sumado a la lucha contra el consumo excesivo y enmascarado de sal. Ambas empresas han comprometido a reducir paulatinamente el sodio en los componentes de sus productos.
En Nueva York el alcalde Michael Bloomberg, conocido como un luchador para mejorar la vida de sus conciudadanos, ha logrado acuerdos con grandes industrias para reducir el sodio de sus productos hasta en un 25% en un lapso de 5 años y a su vez ha solicitado a las cadenas de restaurantes reducir la sal en sus comidas y que incluyan las calorías en sus menús.
La Organización Mundial de la Salud, OMS, se ha planteado como una de las metas de salud lograr la reducción de la ingesta de sal en todo el mundo.
Según esta organización, la reducción del consumo de sal a la mitad permitiría que 30 millones de habitantes del continente americano «evitaran las condiciones de hipertensión, además de la reducción de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares», afirmó James Hospedales, epidemiólogo y asesor en la Unidad de Prevención y Control de Enfermedades Crónicas de la Organización Panamericana de la Salud, ente asociado a la OMS.
Consejo para reducir el consumo de sal
El Texas Heart Institute recomienda:
– Limitar consumo de papas fritas y otros snacks salados.
– Tratar de usar condimentos que no contengan sal.
– Sustituir la sal por hierbas, especias y otros condimentos.
– Leer las etiquetas con cuidado porque a veces encontrarán sal en lugares inesperados. (Por ejemplo, los jugos de tomate y verdura a menudo contienen mucha sal)
– Pruebe los productos reducidos en sodio y sin sal.
– Prepare las comidas con la mitad de la cantidad recomendada de sal. Muchas recetas indican más sal de la necesaria. Prepare las recetas sin sal y deje que cada persona agregue la cantidad que desea. Es muy probable que utilicen sólo una fracción de la cantidad indicada en la receta.
– Cuando coma en un restaurante, pregunte si pueden prepararle un plato con menos sal o sin sal.
– Pruebe los sustitutos de la sal. Algunos tienen el efecto de reducir la presión arterial a la vez que aportan nutrientes importantes.
– Sustituir los alimentos enlatados y procesados por frutas, vegetales y alimentos frescos.
– Buscar en las etiquetas de los alimentos que indique bajo en sodio.
– Consumir leche, yogurt y quesos bajos en sal y grasa.
– Usar en las comidas hierbas y especies para realzar el sabor y emplear menos sal. Sustituir la sal común por la sal baja en sodio.
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