Todos los nutrientes son importantes en la alimentación diaria para proporcionar la energía necesaria y soportar una demanda extra cuando se realiza una actividad deportiva. Sin embargo, muchas personas tienen un concepto equivocado sobre las proporciones adecuadas del consumo proteico, de allí que se deriven mitos y dietas desequilibradas que, lejos de favorecer, pueden generar serias consecuencias en la salud.
En el informe Dieta, nutrición y prevención de las enfermedades crónicas, presentado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ambas entidades indicaron que el grueso de las necesidades calóricas debe ser cubierto por los hidratos de carbono (entre 55 y 75% de la ingesta diaria), pero los azúcares refinados (añadidos) mantenerse por debajo del 10% y, muy importante, la ingesta de proteínas ubicarse entre 10 y 15% de la dieta diaria.
Sin embargo, es común encontrar a los carbohidratos en el banquillo de los acusados. Generalmente, los asocian solo con harinas, pastas, aunque también están en la leche, frutas y vegetales. Si se suprimen en la dieta diaria, claro que esto tendrá un efecto adelgazante, pero además, se someterá al cuerpo a una restricción forzada y su reacción será la de buscar fuentes de energías por donde no debe. Siempre debe haber un equilibrio y las dietas que son altas en proteínas son desequilibradas, no adelgazan.
Las proteínas son macromoléculas formadas por aminoácidos que desempeñan un papel fundamental en la formación de músculos. De ellas se obtienen elementos formadores de tejidos, huesos, piel y cabello, entre otros, y tienen una función especial en la reparación celular, el transporte de nutrientes y la transmisión de mensajes químicos.
“Son más difíciles de transformar en energía que un carbohidrato. Es más difícil metabolizar una proteína que un carbohidrato, pero así no se acelera el metabolismo, sino comiendo varias veces al día en porciones pequeñas y haciendo ejercicio. Además, un gramo de proteína aporta 4 kilocalorías y un gramo de carbohidrato aporta 4 kilocalorías, por lo cual, ambas tienen aporte calórico y es falso el mito de que las proteínas no engordan y los carbohidratos sí”, aclara Andrina Albertti Aumaitre, licenciada en nutrición y dietética, quien añade que sí tiene un beneficio comer proteínas en las tres comidas, porque hace que la digestión sea más lenta y da sensación de saciedad.
¿Conoce los riesgos?
Existen proteínas de origen animal y de origen vegetal. Las de origen animal son las más biodisponibles y fáciles de absorber por el organismo, pero tienen grasa. De igual manera, hay proteínas de alto valor biológico (de origen animal) y de bajo valor biológico (de origen vegetal).
Albertti señala que cada persona, dependiendo de su edad, estatura y actividad física, tiene un requerimiento proteico que solo puede determinarlo el nutricionista. A su juicio, el exceso de proteínas ocasiona las siguientes consecuencias:
- Si son de origen animal, implica exceso de grasas saturadas que aumentan el colesterol, lo que contribuye a obstruir las arterias.
- Hace que el organismo tenga que eliminarlas a través de los riñones. Como estos van filtrando moléculas de proteína que dañan la barrera de filtración, finalmente se producirá insuficiencia renal.
- Hace que la sangre circule más espesa, lo que se traducirá en riesgo cardiovascular.
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