Cuando se está bajo régimen, para bajar algunos kilos demás, las restricciones estimulan las ganas de comer a cualquier hora. Entérese de algunos trucos para evitarlo.
por BEATRIZ GARCÍA CARDONA
Uno de los problemas para aquellas personas que están haciendo dieta no es tanto el momento de las comidas acostumbradas, sino el tiempo que transcurre entre una y otra. La ansiedad se dispara y a veces la tentación puede más que las ganas de rebajar. Para evitar que esto suceda, aquí se presentan diez consejos básicos de los nutricionistas.
1. Tome un desayuno completo. Debe tener una base importante de hidratos de carbono (pan, arepas, cereales, etc.), algo de proteína (queso, leche, huevos) y un poco de fruta (en jugo o una pieza) con ello tendrá la energía suficiente para realizar sus actividades cotidianas sin sentir ansiedad. Si a media mañana tiene hambre, recurra a una pieza de fruta, un jugo o un yogur, eso bastará para satisfacerle y llegar a la hora de la comida tranquilamente
2. Nevera y gabinetes libre de tentaciones. Si tiene el estímulo al alcance de la mano le resultará mucho más difícil resistirse a él. A la hora de hacer la compra prescinda de los productos llenos de calorías vacías y esconda aquellos que no puede evitar tener en casa. Si no los ve, le costará menos olvidarse de ellos.
3. Coma poco a poco y mastique bien. Cuando se come rápido se consumen más alimentos. La señal de saciedad tarda en llegar al cerebro cerca de veinte minutos y al acelerar el ritmo se engulle más de lo que se necesita. Si mastica despacio será fácil ajustarse a la cantidad correcta y así producir más saliva, que reduce la ansiedad.
4. Realice cinco comidas al día. Actualmente, la mayoría de los especialistas en nutrición recomiendan repartir las calorías diarias en cinco tomas: desayuno, una merienda a media mañana, almuerzo, merienda a media tarde y cena. Esta distribución permite frenar la sensación de hambre entre horas y mantiene activo el metabolismo, aumentando el gasto calórico.
5. Mantenga un horario fijo diario. Podrá controlar mejor el hambre si se rige por un horario fijo en el descanso y las comidas. Dormir un número de horas suficientes evitará que su cuerpo pida más alimento (por lo general, se intentan compensar el cansancio comiendo más de la cuenta). De esta manera se acostumbra al organismo a no pedir fuera de hora.
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