Era toda una incertidumbre… por lo lejos, por lo que encontraríamos… por todo… el viaje fue largo, duró como 5 horas desde Lima donde pasamos la noche en el Aeropuerto.
En la mañana descansamos y salimos a trotar; todo parecía normal, se veía como una isla pequeña, pero al llegar a la playa por donde correríamos, estaban los MOAIS, de diferentes tamaños, todos mirando hacia el este (por eso en inglés se le dice Easter Island). Nos tomamos fotos con casi todos hasta que fuimos perseguidos por un Halcón que nos atacó ya que estábamos corriendo cerca de donde tenía su nido en un árbol cercano…
Al siguiente día volvimos a la misma ruta a trotar. Esta vez corrimos un poco más lejos que el día anterior, pero nuevamente el Halcón volvió, aún así, seguimos adelante y se quedó quieto… Al regresar desayunamos, por cierto, tomamos un jugo de lechosa con naranja que estaba de un bueno… con pancito, queso y jamón, y café… Por supuesto, cuando estás fuera de tu casa te provocan las cosas que normalmente no consumes, y las cosas raras, como el «CUY» que comimos en Tulcán-Ecuador o el jugo de maíz morado y el «Api» de Bolivia.
Salimos después con rumbo a una playa muy nombrada «ANAKENA». Esta vez fuimos con un transporte, bordeamos la playa por donde correríamos al día siguiente. En el camino llegamos a un lugar cercano a un volcán donde hacían los MOAIS. El lugar tenía cerca de 15 más colocados en fila. ¡Espectacular! especialmente recordé haber visto esa foto en mi libro de historia universal de octavo grado, y ahora yo estaba allí, fenomenal, simplemente sin palabras…
El lugar se conoce como «AHU TOGA KITI», de ahí seguimos hasta la playa, también, muy bonita, de agua fría (como la nevera de la Univ. Simón Bolívar donde nado normalmente). Nos cambiamos y nadamos un rato hasta una boya que estaba como unos 300 mts. de la orilla
¡Llegó el día! El maratón comenzó a eso de las 8am. Nos acompañaron representantes de la Alcaldía y deportistas de la Isla. Se hicieron las pruebas de ácido láctico en reposo, y las de tensión arterial y frecuencia cardíaca, que se han realizado en todas las carreras como actividad especial para conocer los valores de los atletas en las diferentes localidades y conocer cómo afecta la altura y los cambios en los lugares a nivel del Mar.
Comenzamos a correr en compañía de algunos locales (RAPA NUI), quienes se sienten más Polinesios que Chilenos, así nos lo hicieron saber. La primera parte estuvo genial por el acompañamiento que nos hicieron, cantando en su dialecto y en español, además que propusieron tomar una rama seca de un árbol e ir todos unidos, hasta el Volcán RANU KAO (que significa volcán donde se nada). Allí anualmente en la época de lluvia, hacen una competencia donde nadan atravesando el volcán y luego corren con unos racimos de plátanos alrededor. Por cierto, uno de los campeones de varios años consecutivos nos acompañó a correr.
El volcán es espectacular también, de allí seguimos por la costa, corrimos rápido, intentando llegar hasta los mismos MOAIS que habíamos visitado el día anterior; allí hicimos fotos y seguimos hasta la playa ANAKENA donde exactamente culminamos los 42k en 5:55:56 horas. Al llegar, los lugareños nos obsequiaron una franela a cada uno y un bolso con un afiche, ¡tremendo gesto, de parte de ellos!. Todos nosotros muy agradecidos por su compañía en varios trayectos.
Para cerrar la jornada, nos bañamos un rato en la playa y nos fuimos al hotel, comimos y a descansar, pues al día siguiente teníamos que partir…
En el aeropuerto, BENJAMIN TUKI, uno de los que nos acompañó el día anterior estaba esperándonos para despedirse y nos dio otro: obsequio un collar con un MOAI, fue un gran gesto de su parte, ya que nosotros no teníamos nada a cambio que darle…. nos despedimos y a volar de nuevo, esta vez dormimos en Santiago una noche, al otro día a Uruguay…
La Fundación Motores por la Paz es una organización internacional, nacida en Venezuela. En el año 2011 realizó el evento Kilómetros por la Unión, un recorrido de 12 maratones, uno en cada capital suramericana en 42 días.
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