El consumo de sal juega un papel importante en nuestra salud.
Si bien ayuda a resaltar el gusto de las comidas, puede llegar a resultar riesgoso si no medimos su uso. Cuando uno empieza a consumir más sodio de lo indicado, a los riñones le es más difícil eliminar su excedente, por lo que empieza a acumularse en sangre, haciendo que al corazón le resulte más difícil poder bombear sangre hacia las venas, dando como resultado un aumento en la presión de las arterias. Este proceso, prolongado en el tiempo, hace que uno comience con complicaciones cardiovasculares.
Entonces, ¿Cómo podemos reducir la ingesta de sal en nuestra alimentación?
- Es necesario prestar atención a los alimentos salados que compramos habitualmente, en la etiqueta de cualquier alimento, figura el contenido sódico de los alimentos y podemos seleccionar aquellos que son “bajo en sodio” (entre 40 – 80 mg %).
- No agregar sal a las comidas sin antes haberlas probado. La cantidad normal de sodio que se puede consumir sería menos de una cucharadita de té.
- Utilizar hierbas y especies ayuda a condimentar las comidas sin utilizar sal en exceso. Los sustitutos recomendados pueden ser pimienta, apio con tomillo, perejil, albahaca y ajo, etc. Todos ellos son muy efectivos para conseguir un gran sabor en tus comidas.
- Disminuir el consumo de productos envasados o congelados. Estos suelen tener un contenido en sodio mayor a los que nosotros podemos elaborar en nuestra cocina.
Si bien el sodio es necesario para mantener el balance de fluidos en nuestro organismo, y participan en la contracción y relajación muscular, entre otras funciones, es conveniente prestar atención a la cantidad de sal que usamos al momento de comer.
Mariana Silvestro
Nutricionista de Grupos LT
Profesor de Educación Física y Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo
Coordinador general de los Grupos LT (www.gruposlt.com). Puedes escribirme a:
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