El barefoot running, o correr descalzo, es un estilo que ya está dando que hablar en Chile. Los promotores de esta forma de entrenar sostienen que mejora la postura y el rendimiento. No obstante, sus ventajas aún son motivo de debate.

El barefoot poco a poco está siendo más popular y se está transformando en toda una tendencia. Incluso ya se fabrican los Five-Fingers, zapatillas muy delgadas con suela de goma, que tienen cinco dedos y parecen verdaderos guantes para pies con modelos minimalistas.

El destacado ultramaratonista estadounidense Jason Robillard es un reconocido practicante y promotor de este estilo de trote. Estuvo en Chile y en los lugares que visitó destacó los beneficios de esta práctica. «Se trata de una manera más natural de pisar, que mejora la postura y el rendimiento. Todas estas ventajas unidas pueden reducir el riesgo de lesiones», precisó.

Sin embargo, diversas publicaciones a nivel mundial no confirman ni desmienten los beneficios de correr descalzo. «Hay más estudios sobre correr descalzo que correr con calzado. En algunos se habla de un ahorro energético, ya que hay menor consumo de oxígeno y, por lo tanto, menor cansancio y mejor rendimiento a nivel físico. Sí hay que mencionar que contamos con un sistema de amortiguación, compuesto por un talón con grasa hecho para recibir el impacto de cada paso, y músculos, tendones y cartílagos que ayudan a esa función», comenta el doctor Julio Botello, traumatólogo de Clínica MEDS, especialista en tobillo y pie.

Si bien esta tendencia va en alza, Julio Botello es cauto en cuanto a correr descalzo en cualquier superficie. “Para que todos los beneficios de esta práctica actúen, hay que buscar superficies naturales, como la arena, el pasto o la tierra, y tratar de evitar el cemento”, afirma.

¿Cuáles son los riesgos? Además de heridas provocadas por piedras o desperdicios en la zona donde se corre, si el trote descalzo no se hace en forma paulatina es frecuente la aparición de ampollas y heridas superficiales, comenta el doctor Julio Botello.

Algunas indicaciones

El proceso de adaptación de correr con zapatillas a hacerlo descalzo requiere de cuatro a seis meses, según el especialista, por lo que es bueno considerar lo siguiente:

• Correr en superficies naturales de menor impacto (pasto, tierra, playa).

• Comenzar con distancias cortas para evitar ampollas o lesiones plantares.

• No hacerlo si existen problemas en el arco del pie.

• No es recomendable si la persona tiene alteraciones circulatorias o pie diabético.

• Evitar correr a muy bajas o altas temperaturas.

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Fotos: samaritansfeet.org, americaspodiatrist.com

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