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Por ser un pescado azul es buena fuente de Omega-3. Su consumo contribuye a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos.
Por Carmen C. Martínez
En la mayoría de los hogares al momento de consumir pescado los preferidos son mero, merluza, atún o pargo, aunque ninguno de ellos supera en propiedades nutritivas, ni precio, a la sardina.
La sardina pertenece al grupo de los pescados azules y debido a su fuerte olor y al trabajo que suele dar limpiarla es de los pescados que menos se consume en los hogares. Sin embargo, las razones para ingerirla son múltiples.
¿Cuáles son los beneficios de las sardinas?
Por ser un pescado azul es una muy buena fuente de Omega-3, lo que ayuda a disminuir los niveles de colesterol y triglicéridos, además aumenta la fluidez de la sangre, lo que hace que baje el riesgo de padecer ciertas enfermedades coronarias.
Otro aspecto a destacar en la composición de este pescado es su alto contenido de proteínas, lo que lo hace ideal para regímenes especiales de alimentación.
Las sardinas son fuentes de las vitaminas del Grupo B, como la B12 o la B1 o Niacina, además de vitaminas liposolubles como la A, D y E. También son ricas en minerales como Fósforo, Magnesio, Potasio, Hierro, Zinc y Yodo.
Y no solo cuando se consumen frescas proveen de nutrientes, pues las sardinas en lata tienen un alto contenido de Calcio, esto debido a que se consumen junto con la espina. Y en esta presentación aportan unos 314 miligramos de calcio por 100 gramos, aunque hay que tomar en cuenta que tienen aditivos y conservantes que pueden perjudicar la salud.
Una ración de 200 gramos de sardinas aporta el 67% de las recomendaciones diarias de proteínas y triplica las de vitamina D, además de ser muy digestiva.
Por pertenecer al grupo de los pescados azules, tiene un alto contenido de grasas polinsaturadas, esenciales para el desarrollo normal del cerebro . Y no hay que olvidar que aporta pocas calorías.
A tomar en cuenta
Al momento de comprar sardina es bueno saber que su piel debe ser brillante y firme al tacto y sus ojos no deben estar hundidos.
Aunque hoy en la día la mayoría de las pescaderías las ofrece limpias y en filetes, para limpiarlas es recomendable meterla en el chorro de agua fría, porque el agua caliente podría estropear su carne, luego escamarla.
Y si las prefiere en las latas, es mejor comprar la presentación al natural o en aceite de oliva.
En definitiva, la sardina es uno de los alimentos más completos y económicos que alguien puede poner en su mesa.
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