Hay locos y locos. Pero este australiano de 41 años, cuyos padres son chilenos, de seguro tiene un lugar entre los que más destacan. Trabajaba en hoteles y tenía una empresa productora de eventos. Pero cuando su mujer falleció, decidió vender su parte a una amiga y dejar el negocio en “otras manos”. Desde entonces, se siente más libre, y ha emprendido un nuevo y novedoso rumbo: a través del deporte ayuda a las organizaciones que benefician a enfermos de cáncer, para que tengan la difusión que les permita recaudar fondos y seguir adelante.
Loco, sin dudas, pero por el deporte y por la ayuda social. Y fue esta misma motivación la que lo trajo a Chile para, de la mano de Best of You de Foo Fighter -su tema favorito y fuente de motivación al trotar-, recorrer más de 3.700 kilómetros de norte a sur, yendo en ayuda de los niños que padecen esa grave enfermedad. Destacable.
¿Qué te trae a Chile?
Nací en Australia, pero mis padres son chilenos, por lo que tengo a toda mi familia acá y eso es lo que me trajo. Por otra parte, mi padre falleció de cáncer hace unos diez años, y mi esposa murió de lo mismo hace unos cuatro, y esas dos pérdidas fueron las principales razones de por qué yo quise cambiar mi estilo de vida y ponerme a correr. Si bien vine cuando era joven, no conocí bien Chile. Correr por todo el país me pareció una buena forma de conocerlo, y ya había hecho varias corridas en Australia y Nueva Zelanda, y Chile era el lugar lógico para correr la próxima.
¿Cómo se te ocurrió encarar este desafío?
Todo partió por un primo. Él, cuando supo que yo había corrido 2.400K en Australia para traer conciencia del tema del cáncer y ayudar a la gente de allá, y 1.000K en Nueva Zelanda y 500K en España, me dijo “Oye, ¿cuándo vas a venir a Chile a hacer algo similar?”. Y me decidí. Escogí un tiempo que tenía disponible y después me puse a buscar alguna corporación que necesitara ayuda y en un mes armé el equipo, el viaje y la logística necesaria. Esto último porque no lo hice solo, tuve que ir con un vehículo de apoyo, principalmente porque en el desierto tenía que tener agua, comida y todo eso. Y como había tenido experiencias similares antes, ya sabía lo que iba a necesitar. Armé todo y nos vinimos.
¿Y cómo te entrenaste para lograrlo?
Todo esto obedece a un cambio de vida desde hace cuatro años. Empecé primero a caminar, ya que nunca había hecho deporte. Pesaba 120 kilos cuando empecé y ahora estoy como en 83 kilos. Todo lo hice lento, con calma; primero haciendo diferentes carreras de larga distancia, y también corriendo por cerros.
(Continúa pronto…)
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