Efraín Castillo/Estampas
«Chúpate esa mandarina», decía el recordado periodista venezolano Oscar Yanes cada vez que echaba alguna de sus grandes historias, apelando a un popular refrán venezolano que alude al dulzor amargo de esta fruta para advertirle al interlocutor que tenía que asumir y «tragarse» sin chistar un hecho contundente e inobjetable.
Más allá del refranero, comerse una mandarina es una de las acciones cotidianas más contundentes que puede hacer cualquiera por el bien de su salud, no sólo por lo fácil que es pelarla y llevarla a la boca sino por las propiedades que contiene. De hecho, no es casual que su nombre científico sea Citrus Nobilils (o cítrico noble).
Oriunda de China, esta fruta fue introducida en Occidente en el siglo XIX a través de Europa y debe su nombre a que se le asociaba a los mandarinos o mandarines, entonces máximas autoridades de esas tierras y quienes usaban trajes con ese color. Hoy día se cosecha con facilidad en muchas partes del mundo y es especialmente favorecida por los climas templados del trópico.
Aunque se consigue todo el año, desde diciembre a marzo es particularmente abundante en Venezuela, por lo que estos meses son ideales para aprovechar su sabor y, sobre todo, para «chuparse» todo su jugo nutritivo.
A continuación varias justificaciones que le harán degustar cada gajo con placer y conciencia.
1. Por ser una fruta cítrica, es una excelente fuente de vitamina C y A, las cuales ayudan a fortalecer el sistema inmunológicoy protegen al organismo de infecciones de distinto tipo, incluyendo las respiratorias, además de que fortalece huesos y tejidos. También son antioxidantes, es decir, contribuyen a proteger del envejecimiento celular.
2. Es perfecta para las personas con diabetes. Su índice glicémico es bajo respecto a otras como el mango, la piña, la uva o el cambur, lo que quiere decir que su ingesta no incrementa en demasía los niveles de azúcar en sangre y aporta la energía y nutrientes necesarios sin poner en riesgo la estabilidad orgánica de quienes viven con esta condición. La Asociación Estadounidense de Diabetes la incluye en su lista de «superalimentos», dado su alto poder nutritivo.
3. Contiene fibra, sustancia cuyo beneficio fundamental radica en que favorece el tránsito intestinal, evita o controla el estreñimiento y aumenta la sensación de saciedad. En otras palabras, gracias a ella esta fruta puede ser una gran aliada como merienda en las dietas para controlar el peso corporal. Otro beneficio para el sistema digestivo es que, por se menos ácida que la naranja, las personas que sufren de úlceras estomacales o son sensibles a ellas pueden consumirlas sin problemas.
4. Comerla entera resulta muy favorable porque las hilachas blancas que recubren sus gajos son ricas en pectina, sustancia que tiene funciones depurativas y contribuye con la eliminación del colesterol malo, uno de los factores que puede hacer colapsar las arterias y producir daños cardiovasculares. Igualmente la mandarina contiene Nobiletina, un químico natural que según algunos estudios tiene propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
5. No pierda ni la cáscara. Beber infusiones preparadas con su concha puede ayudar a bajar de peso, dadas las propiedadesdiuréticas de sus componentes. También puede ayudarle como astringente y contribuir con la lucha contra el acné.
Fuentes consultadas:www.vivecondiabetes.com; www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/; www.vitonica.com; www.diabetes.org; www.venelogia.com; www.inn.gob.ve.
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Excelente articulo yo las consumo despues de cada entrenamiento…a trotar y a comer mandarina se ha dicho… jejeje