En numerosos estudios se ha encontrado una alta correlación entre el elevado consumo de frutas y la baja incidencia de enfermedades. El agua, las vitaminas antioxidantes, los minerales y la fibra que contiene la fruta nos ayuda a hidratar, depurar y vitalizar nuestro organismo. Tienen un bajo contenido en calorías y carecen de colesterol. Más de la mitad de la vitamina A y prácticamente toda la vitamina C que necesitamos, la proporcionan las frutas.
Las frutas tienen la ventaja de que se comen crudas, por lo que se aprovechan todos sus nutrientes. Su gran contenido en vitaminas, minerales, oligoelementos y nutrientes como los bioflavonoides ayudan a regular nuestro sistema inmunitario. Tienen propiedades desintoxicantes: estimulan la función hepática y renal y ayudan a mejorar la pereza intestinal gracias a su contenido en fibra. El valor energético de las frutas es generalmente muy bajo, debido a su elevado contenido en agua (80-90%). El aporte de hidratos de carbonos varía dependiendo del tipo de fruta y el grado de maduración, pero en general ninguna fruta aporta más de 100 calorías cada 100 gr.
Hoy se sabe que el proceso de envejecimiento así como la aparición de algunas enfermedades, se debe al efecto de los «radicales libres». Es decir, a ciertas partículas que oxidan nuestras células. Podemos combatir los radicales libres recurriendo a una alimentación rica en frutas frescas que ayuda a reciclarlos y eliminarlos.
Mariana Silvestro
Nutricionista de Grupos LT
Foto: Photo.com/Jupiterimages
Profesor de Educación Física y Licenciado en Alto Rendimiento Deportivo
Coordinador general de los Grupos LT (www.gruposlt.com). Puedes escribirme a:
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