Lee la primera parte aquí.
50k…. contra la altura y el frío
Entre Confluencia y Plaza Francia los corredores deberán vencer un desnivel acumulado cercano a 1700 metros. Acá el terreno se pone abrupto, con huellas que se pierden a ratos y un clima más adverso y cambiante. La organización, dentro de su reglamento, obliga a cargar una serie de elementos, entre los que se encuentran casco (las caídas por el terreno y los efectos de la altura pueden ser más corrientes de lo que se piensa), y ropa técnica en varias capas, ya que de un momento puede pasarse del sol, a la nieve o tormentas con ráfagas de viento cercanas a los 100 km/h.
Mirador y el final de la ruta
A unos 8 kilómetros desde Confluencia, poco más de 20 km desde el inicio de la ruta, asoma la cara sur del Monte Aconcagua, que con sus 6969 msnm se ve imponente. Esta cara es la más difícil de escalar, y provoca congoja saber que aún entre sus glaciares colgantes hay unos 8 cuerpos de andinistas que nunca pudieron ser rescatados. Se trata de 3000 metros casi verticales, que clausuran el hermoso cajón por donde transita el circuito, a modo de telón de fondo.
Poco antes se encuentra el mirador, a 4100 msnm. En esta zona y en otras estratégicas, existirá control médico. Si un corredor presenta signos de mal de altura o cansancio extremo puede ser impedido de seguir compitiendo, según establecen las bases. Por eso la importancia de cumplir con las dos noches previas en zonas de aclimatación que se exige para quienes correrán los 50k.
Punto de retorno
Desde el mirador, a pesar de que las distancias se relativizan y la cara sur de ve a tiro de piedra, todavía quedan 4,5k para llegar a Plaza Francia. Se trata de un pequeño llano a los pies de la cara sur; sin infraestructura, es un punto de seguridad para quienes quieren hacer cumbre por entre el hielo de las complejas rutas de esta cara. Acá termina el recorrido y comienza el retorno para completar los 50k de competencia. Es el final de una aventura dura, por la altura (4250 msnm) y el clima cambiante; además de un terreno pedregoso formado por el paso del glaciar Horcones, el cual todo el tiempo nos acompaña a la vera, y que ha formado el abrupto paisaje. Ahora el retorno…
Cerro abajo
El retorno tiene tramos de variada dificultad. Hasta Confluencia será un recorrido bastante técnico, con cortes bruscos, algunas bajadas empinadas, piedra suelta, y terreno duro y resbaloso. En esta fase de la competencia tomará gran importancia la hidratación previa (es óptimo consumir 3 a 4 litros de agua diarios, desde unos 2 a 3 días antes de someterse a ambientes de altura) y quizás el uso de bastones para evitar caídas y lesiones.
Ya desde Confluencia hasta la entrada del parque y, más allá, hasta la meta en Puente del Inca, sólo sufrirán las piernas por el cansancio acumulado, ya que se trata de un descenso suave y sin mayores complejidades. Sólo disfrutar o aguantar… todo dependerá de la preparación para esta aventura que será la UMA; un verdadero desafío de altura!!
No en cualquier parte…
En el Parque Nacional Aconcagua, se toman en serio el cuidado del medio ambiente. Ni siquiera ciertos fluidos corporales, a pesar de ser biodegradables, pueden desecharse al aire libre. Para eso hay baños habilitados en los campamentos. Si no, la multa puede ser durísima, o terminar con la expulsión del parque.
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